
Este pasado domingo a las 11.30 de la mañana teníamos una de las pruebas más míticas entre las Sant Silvestre. En mi caso es la segunda carrera más corta que he hecho. Con una longitud de 8km. Llegué una hora antes para recoger el dorsal, y reconocer un poco el terreno, por lo visto hacía algo de viento dirección al norte, una temperatura fría o bastante fría para el catarro que llevaba encima y un sol que durante la carrera calentaría lo suyo :D.
En este caso, al ser una carrera bastante corta, quise hacer un buen calentamiento. Media hora antes ya me encontraba trotando por el paseo marítimo, me he sentido bastante cómodo en el calentamiento. De temperatura me encontré bien pero fue un error de novato.

Empezada la carrera, las sensaciones fueron medianamente buenas el primer kilómetro, el más rápido que he corrido en competición. Sin embargo esto se paga, y en el resto de la carrera mi rendimiento fue inferior aunque constante. Entonces ha sido cuando me ha empezado a sobrar ropa y me he sentido agobiado, acalorado, muy incómodo, a partir de ahí la carrera se me ha hecho eterna, a falta de 5 km, estaba sufriendo como un animal.
Las zapatillas no me han molestado pese a su desgaste. Aunque si hubiese sabido que el 70% de la carrera era sobre tierra me cojo las zapatillas de trail.
Una vez hecho el giro de vuelta, nos encontrabamos el viento en contra y se me ha hecho todavía más eterno, tras pasarme unas cuantas personas consigo ponerme "a rueda" de otro corredor al cual me he enganchado hasta el final donde he adelantado 4 corredores. Cuando he llegado a meta, he cogido los obsequios las bebidas que me han sentado como agua en mayo.
Tras ello me he ido directo a la parada de tren me he cambiado y he vuelto para casa. Pese a todo me ha quedado buen gusto de boca y ganas de hacer más y mejores carerras.
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